De la naturaleza humana
Toqué tan falto y frágil
la perfección que embruja la conciencia,
entre un bosque de sueños
sobre la ola,
que sostenía mi mente
y la carne en su trémolo,
que comprendí en tu ahora.
Abracé la mañana
que rimaba silencio
con palabra de trébol,
que a su vez
construía,
las cuatro direcciones
donde vibra la suerte
y todo se equilibra
con la fe inmortal.
Por fin sentía, amor.
Era naturaleza,
en su estado más puro;
montaña, aroma y gracia.
Era tu corazón curado,
que bombea presente
adentro de este instante
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