Hubo momentos
Hubo momentos que fui como una hoja en blanco,
esperando al carboncillo
que escribiese un poema sobre mi piel.
Y llegó el fatuo rotulador con exagerados colores a garabatear
esta sin mancha,
llenando este vacio de pueriles palabras,
de rayas sin sentido,
de promesas y falacias.
Hubo momentos que fui como un perro hambriento,
hambriento y pulgoso,
esperando una mano en mi lomo,
ese mimo eterno,,,
Y llegó la vara en las costillas, prisiones de oro,
jaulas de plata.
Aquella mano que no me dio de comer,
y nunca la caricia esperada.
Hubo momentos que anhelé el sabor de su piel
o tan solo una sonrisa,
para mitigar el dolor de la sangre que fluye,
y se convirtió en hiel, aquel anhelo de comprensión,,,
y nació la soledad,
coaguló la sangre en mis venas partiéndome el alma.
Hubo momentos que escapé del calor como agua evaporada,
transformándome en nube blanca.
También los hubo en los que estuve lleno,
lleno de todo,
lleno de nada,
y así me convertí en sombra, en bruma, en fantasma.
y ahora,,,
ahora floto con esfuerzo en el amniótico líquido de la existencia,
aferrándome a todo lo que rodea mi locura,
braceándo con vehemencia al movimientos de las corrientes,,,
o me relajo en la intensa calma de escrituras muertas.
Veo seres que esperando la fatiga me lleve al fondo,
pero ni el trémulo océano hundirá esta alma.
No es posible,
y sigo nadando.
Y alcanzo la orilla.
Y salgo desnudo de esta mar.
Y ahora,,,
ahora tengo que aprender a caminar
sin pisar las palabras,
que son la Piedra.
esperando al carboncillo
que escribiese un poema sobre mi piel.
Y llegó el fatuo rotulador con exagerados colores a garabatear
esta sin mancha,
llenando este vacio de pueriles palabras,
de rayas sin sentido,
de promesas y falacias.
Hubo momentos que fui como un perro hambriento,
hambriento y pulgoso,
esperando una mano en mi lomo,
ese mimo eterno,,,
Y llegó la vara en las costillas, prisiones de oro,
jaulas de plata.
Aquella mano que no me dio de comer,
y nunca la caricia esperada.
Hubo momentos que anhelé el sabor de su piel
o tan solo una sonrisa,
para mitigar el dolor de la sangre que fluye,
y se convirtió en hiel, aquel anhelo de comprensión,,,
y nació la soledad,
coaguló la sangre en mis venas partiéndome el alma.
Hubo momentos que escapé del calor como agua evaporada,
transformándome en nube blanca.
También los hubo en los que estuve lleno,
lleno de todo,
lleno de nada,
y así me convertí en sombra, en bruma, en fantasma.
y ahora,,,
ahora floto con esfuerzo en el amniótico líquido de la existencia,
aferrándome a todo lo que rodea mi locura,
braceándo con vehemencia al movimientos de las corrientes,,,
o me relajo en la intensa calma de escrituras muertas.
Veo seres que esperando la fatiga me lleve al fondo,
pero ni el trémulo océano hundirá esta alma.
No es posible,
y sigo nadando.
Y alcanzo la orilla.
Y salgo desnudo de esta mar.
Y ahora,,,
ahora tengo que aprender a caminar
sin pisar las palabras,
que son la Piedra.
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