ME ROBARON EL SUEÑO
Tengo tal cantidad de rabia dentro,
que desde que estuve allí no duermo.
Necesito aclararme, centrarme, encontrarle sentido.
¡Quizá sea eso y los culpables fueron ellos!.
Sucios, con esos pelos, tirados por los suelos
y amontonados, invadiéndonos la tranquilidad…
¡cambiando el nombre de la plaza del Ayuntamiento!
por, Plaza del 15 de Mayo.
Vi gente de bien junto a ellos, ¡que sin sentido!
vi protestando juntos: hombres, mujeres y niños,
incluso algún policía convencido. ¡Por Dios!
¿A dónde vamos a llegar? Qué será de nosotros…
Así fue. Como lo cuento. Yo estuve allí.
¿Quién podría dormir con todo lo allí visto?
¿No les basta con todo lo que tienen?
¿Acaso sus padres todo, no les han ofrecido?
Tienen coches, ordenadores, estudios,
¿Qué les falta…?
¡Pero que hago! Estoy pensando, Dios mío!
¡Me han contagiado, incluso —juro que sin querer— quizá convencido!
Ahora lo veo claro… Ya sé, por qué no duermo.
Quizá allí escuche lo que sentía por dentro,
lo que mis compañeros me decían, lo que no quería ver.
Allí sentí lo que nunca he vivido:
por un instante me sentí libre ¡solo fue un instante!.
Tuve ganas de gritar, opinar y protestar,
pero no lo hice como siempre, por miedo.
Leyendo lo allí escrito lloré por dentro.
No firmé algo que me ofrecieron,
no comí lo que me regalaban, ¡por supuesto!
no leí ningún panfleto, cuartilla, ni manifiesto.
No miré fijamente a nadie por vergüenza,
no sonreí, no abracé… solo sentí miedo.
Ahora veo lo que realmente soy ante el espejo:
un ser simple y sin valor, sin nada que ofrecer;
me siento vacío, sin haber luchado nunca por nada,
me siento completamente sin voz y oprimido.
Ahora me siento tan cobarde… me doy tanta vergüenza
que ni me miro al espejo. Lo que veo ya no me interesa.
¡Quizá fue eso… Los culpables fueron ellos!.
Sucios, con esos pelos, tirados por los suelos,
todos amontonados, invadiéndome la tranquilidad;
robándome el sueño.
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