El mal menor
La España del mal menor es la que predomina hoy. Ese sentir perteneciente a la noche preñada de angustia, en la que sólo se espera que llegue el día, dudando de la propia reacción y sus efectos secundarios.
El esperar los resultados es lo que hoy más nos convence, por miedo a no querer creer en el fracaso a corto plazo de las políticas conservadoras del gobierno actual. Quizás nos mueva también a la espera, el no creer realmente en las izquierdas, sea cual sea su color.
Realmente no somos dignos de una verdadera revolución, ya que por ahora, no hemos entrado, como colectivo, en el verdadero debate que limpiará de impurezas las intentonas revolucionarias, para que estas sean honestas. Sólo nos quejamos cuando tenemos hambre. Con el estómago lleno todo era prosperidad y buenas palabras.
¿Qué pasaría mañana, si de repente, un caudal de dinero creado de la nada, llenara nuestras arcas?
¿Seguiríamos creyendo que este sistema no funciona?
¿Seguiría el fraude (político, financiero) siendo la comidilla de cada tertulia en el bar de la esquina?
¿Seguiríamos siendo anti-sistema en potencia?.....
.... o nos abandonaríamos a la abundancia como antaño hicimos, olvidando que alguna vez lo pasamos "mal".
Sigo creyendo, que la verdadera revolución llegará con el estómago lleno, cuando el artazgo de la abundancia nos conduzca hacia una entendida honestidad hacia todo lo que nos rodea.
Una Revolución por Evolución consciente del espíritu, y no a través de la necesidad visceral
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