Un suspiro, en un suspiro ha salido el alma de la llama y el frío ha consumido mis últimos latidos. Con la falta de un suspiro tuyo la piel ya se ha ido. Y en mi pecho se ha quedado detenido el aliento, un aliento gélido que pitrifica mis pulmones y se come mi silencio. Que acabe toda la oscuridad que me inunda porque ya larga es la estancia en que me habita. Ni miedo ni silencio. La boca se abre y escupe todo el daño que aquí dentro se ha hecho. No seré más presa de mi lengua atada. No más presa.
Aeren
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