Escondí las viejas muñecas de trapo
Me niego a mostrar al mundo la asexualidad
de un cuerpo que envejece interiorizando culpas
que no le corresponden, como si no hubiera
ocurrido y la vida fuera un sarcasmo de mal gusto
Escondí las viejas muñecas de trapo en el desván
del tiempo, al socaire de los jazmines
y del olor de una infancia que aún me arrulla,
del afecto de las manos deshojadas de mi madre
cuando enjugaban mis lágrimas impares
Ha cerrado el último bar de la noche y dejo
de venderme, de poner precio a las mentiras,
condenado a ser un guiñol al que fatalmente
la certera guadaña de la muerte segará los hilos
Me niego a mostrar al mundo la asexualidad
de un cuerpo que envejece interiorizando culpas
que no le corresponden, como si no hubiera
ocurrido y la vida fuera un sarcasmo de mal gusto
Escondí las viejas muñecas de trapo en el desván
del tiempo, al socaire de los jazmines
y del olor de una infancia que aún me arrulla,
del afecto de las manos deshojadas de mi madre
cuando enjugaban mis lágrimas impares
Ha cerrado el último bar de la noche y dejo
de venderme, de poner precio a las mentiras,
condenado a ser un guiñol al que fatalmente
la certera guadaña de la muerte segará los hilos
Fernando Sabido
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