Guerra civil
Nevaba sangre helada contra el suelo,
y un violín desgarrado acompañaba
el violento silencio en que volaba
la bala que extendía trance y duelo.
Yacía un cuerpo sobre el desconsuelo,
y culpable la patria se ocultaba,
de su absurdo heroísmo vomitaba
donde la tierra se une con el cielo.
¿De qué sirvió esta lucha fraticida?,
¿este matar hermano contra hermano?
La historia nos demuestra que es suicida.
Lo que antes era lejos es cercano;
y el tiempo, sin perdón, todo lo olvida.
Lo que tenemos cerca es ya lejano.
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