Llora por ti, Argentina
Entender el Peronismo es
causa casi imposible. Basta con ver el rostro sonriente de Eva Perón en
el retrato colocado detrás de Cristina Fernández, en el show donde
anunció la expropiación de YPF Repsol.En Argentina, cuando un gobierno,
sea la cruel dictadura militar o el legítimo de Cristina Fernández, se
encuentra en un callejón sin salida, recurre al populismo nacionalista:
las dos esencias de la política argentina. Es curiosa la dislexia de la
mayoría de los argentinos: echan pestes de su país y se envuelven para
llorar en su bandera. Misterios del psicoanális como práctica
obligatoria. Ocurre igual cuando el padre es cruel y el niño llora por
su cariño.
El callejón sin salida es la
situación económica. La inflación ha hecho de Buenos Aires una ciudad
casi tan cara como Londres o París. Contener el dólar es la única
respuesta en un conflicto en donde ya no es posible mantener subidas de
sueldo generalizadas del 25 por ciento para compensar una inflación
“trucha” que se ha domesticado en los números mediante la manipulación
del organismo encargado de dictaminarla.
Cristina
ha decretado la caza del dólar porque no tiene financiación
internacional. No tiene crédito. El callejón sin salida se materializa
en la congelación de las importaciones para que no salga ningún dólar
del país.
La industria se asfixia por falta de
importación de insumos. La única cosa que todavía funciona bien es la
exportación de soja: recaudación instantánea. Vuelve el mercado negro
para comprar la moneda extranjera porque los argentinos nunca se fiaron
de su moneda, y ahora menos.
Asaltar YPF Repsol es un episodio más
para conjugar la falta de salidas con el nacionalismo subyacente. Si los
militares invadieron las Malvinas, Cristina recupera la confrontación
con el Reino Unido como elemento de cohesión de los ciudadanos. ¿Quién
se atreve en Argentina a oponerse a la dialéctica imposible de la
recuperación instántanea de las Malvinas o de “devolver YPF al pueblo
argentino”. Cristina está tan aislada que necesita el calor del pueblo.
No gobierna, hace agitprop desde el poder.
La batalla de Repsol será larga. El
Gobierno de España tiene mucha munición en la Unión Europea, en el Fondo
Monetario Internacional y en la diplomacia. Pero no son armas
disponibles al instante. Lo que más sufre, sin duda, es la cotización de
Repsol. Pero Argentina tiene motivos para llorar porque ha entrado en
una deriva que le llevará de nuevo a la ruina. Pero el poder, quien
ocupa el poder, sabe del fatalismo del Peronismo. Una entrada fuerte en
el poder, vaciar las arcas y procurar salir antes de que la situación
estalle. Se trata solo de un nuevo ciclo del Peronismo y de la economía
argentina. Ellos lo saben, pero de momento envolverse en la bandera y en
la patria es lo que toca. Que pena que Argentina siempre esté convocada
a llorar por sí misma. Es lo que toca.
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